lunes, 23 de abril de 2018

Mi propia imagen.

Adorable, burlona, cabezota, celosa, desconfiada, elegante, franca, grosera, holgazana, ilusa, juiciosa, lenta, melodramática, natural, ñoña, original, polémica, quejica, risueña, soñadora, tozuda, única, valiente, zoquete, cualquiera diría que estoy hablando sobre mi. Increíblemente distinta a lo que os pensáis que soy. Si fuera otra persona conocerme seria como tirarse a un a piscina sin agua y de cabeza. Distinta a los demás. ¿Me gustaría cambiar?, ¿Parecerme a alguien?, ¿Soy aceptada en la sociedad?, ¿No soy aceptada?. Cada uno es como es, con sus defectos y virtudes, es verdad que muchas veces me gustaría cambiar muchas cosas, pero si todo eso cambia no sería yo. Doy mi propia imagen, me conocen como soy. Soy ¨La regla del 33%¨, a un 33% les gusto, a un 33% no les gusto, y a un 33% les doy igual. No busco ser aceptada en la sociedad, simplemente trato de ser yo misma. He ido aprendiendo a lo largo de mi vida por experiencias a ser mejor persona. Acepto criticas, consejos, opiniones pero nunca me dejo ni me dejaré influenciar por ellas pero si intento modificar algunas. Centrándome en ese 33% de personas a las que les gusto me gustaría apuntar algunos comentarios recibidos tras haber hecho un pequeño estudio: les gusta la manera en la que ayudo a las personas, la manera tan honesta de rectificar algo que he hecho mal. Quiero finalizar diciendo que soy la persona mas imperfecta del mundo, y no soy fácil de entender. El estándar de perfección es todo lo contrario a mi , pero gracias a eso y a la gente que me rodean soy la persona mas feliz del mundo. ¿Para qué quiero ser perfecta, si puedo ser diferente y feliz?

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