Adorable, burlona, cabezota, celosa, desconfiada, elegante, franca, grosera, holgazana, ilusa, juiciosa, lenta, melodramática, natural, ñoña, original, polémica, quejica, risueña, soñadora, tozuda, única, valiente, zoquete, cualquiera diría que estoy hablando sobre mi. Increíblemente distinta a lo que os pensáis que soy. Si fuera otra persona conocerme seria como tirarse a un a piscina sin agua y de cabeza. Distinta a los demás. ¿Me gustaría cambiar?, ¿Parecerme a alguien?, ¿Soy aceptada en la sociedad?, ¿No soy aceptada?. Cada uno es como es, con sus defectos y virtudes, es verdad que muchas veces me gustaría cambiar muchas cosas, pero si todo eso cambia no sería yo. Doy mi propia imagen, me conocen como soy. Soy ¨La regla del 33%¨, a un 33% les gusto, a un 33% no les gusto, y a un 33% les doy igual. No busco ser aceptada en la sociedad, simplemente trato de ser yo misma. He ido aprendiendo a lo largo de mi vida por experiencias a ser mejor persona. Acepto criticas, consejos, opiniones pero nunca me dejo ni me dejaré influenciar por ellas pero si intento modificar algunas. Centrándome en ese 33% de personas a las que les gusto me gustaría apuntar algunos comentarios recibidos tras haber hecho un pequeño estudio: les gusta la manera en la que ayudo a las personas, la manera tan honesta de rectificar algo que he hecho mal. Quiero finalizar diciendo que soy la persona mas imperfecta del mundo, y no soy fácil de entender. El estándar de perfección es todo lo contrario a mi , pero gracias a eso y a la gente que me rodean soy la persona mas feliz del mundo. ¿Para qué quiero ser perfecta, si puedo ser diferente y feliz?
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